
El Síndrome de Tarzán: ¿Saltas de relación en relación por miedo a la soledad?
El Síndrome de Tarzán: ¿Saltas de relación en relación por miedo a la soledad?
El amor no es para siempre, pero la dignidad, sí.
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- Marta y el miedo a la soledad: Marta ha tenido relaciones largas, pero ninguna ha durado más de dos años. Tras su última ruptura, comenzó rápidamente otra relación, sin tiempo para sanar. Su miedo a la soledad la lleva a buscar parejas que llenen su vacío emocional, repitiendo patrones. Idealiza a sus nuevas parejas, pero cuando la realidad no cumple sus expectativas, las relaciones fracasan y el ciclo se repite.
- Diego, va de una relación a otra sin pausa: Diego ha pasado dos décadas sin estar soltero más de unos meses. Tras cada ruptura, rápidamente inicia una nueva relación, llamando a sus parejas «el amor de su vida» sin conocerlas bien. Aunque las relaciones empiezan con pasión, pronto se desgastan, ya que Diego busca consuelo inmediato para evitar la soledad sin reflexionar sobre sus necesidades.
- Laura y la búsqueda constante de validación: Laura ha tenido cinco relaciones en tres años. Tras cada ruptura, se siente devastada, pero rápidamente inicia otra relación. Su fuerte necesidad de validación la hace sentir insegura cuando está soltera, lo que la lleva a confundir la intensidad inicial con amor. Como no se da tiempo para reflexionar entre relaciones, cada ruptura la deja más insatisfecha y desconfiada.
- Alejandro y el ciclo de relaciones tóxicas: Alejandro, tras salir de una relación tóxica hace tres meses, ya está en otra. Incómodo con la soledad, elige parejas con problemas emocionales similares, creando un ciclo de dependencia. Estas relaciones intensas e inestables terminan rápidamente debido a patrones repetidos. Alejandro busca nuevas relaciones para evitar enfrentar su dolor emocional.
- Sofía y la falsa idea de amor eterno: Sofía se enamora rápidamente, idealiza a sus parejas desde los primeros meses y cree haber encontrado «a la persona indicada». Sin embargo, esa ilusión pronto se desvanece. Tras cada ruptura, inicia una nueva relación con la misma intensidad, convencida de que el amor verdadero está cerca. A pesar de los consejos de sus amigos de conocerse mejor, Sofía cree que estar en pareja le da sentido a su vida, y no tener una relación representa para ella un fracaso personal.
¿Qué tienen en común todas estas personas? Buscan evitar la soledad y el dolor emocional saltando de una relación a otra, lo que indica una dependencia emocional y una falta de autoestima. No se permiten el tiempo necesario para crecer personalmente, ni para reflexionar sobre sus relaciones anteriores, lo que perpetúa ciclos de inestabilidad y desilusión.
Contenido
Antecedentes
¿Sabías qué …? En ocasiones los psicólogos toman como referencia algunos comportamientos de los personajes de cuentos, historietas o películas, para describir patrones de comportamiento o trastornos de personalidad, similares a los registrados en los libros especializados como el DSM-5 de la APA o el CIE-10 de la OMS.
Para poder entender ¿de qué se trata el tema del síndrome de Tarzán? necesitamos entender los conceptos de: personalidad, trastornos de personalidad, síndrome y síntomas.
De forma muy sencilla:
- Personalidad; son los rasgos o aspectos duraderos de un individuo, que le caracterizan, tanto internos como externos, que influyen en su conducta en diferentes situaciones.
- Trastorno de personalidad, es un patrón, alteración mental o condición de neurodiversidad, arraigado que se caracteriza por presentar síntomas psicológicos, “conductas anormales, deterioro del funcionamiento o cualquier combinación de los anteriores”. (APA, 2010, p. 547).
- Síndrome, es un conjunto de síntomas que forman un patrón definido.
- Síntomas, son experiencias internas que una persona siente como: dolor o nauseas en lo físico. Un ejemplo, de síntomas psicológicos son: tristeza o pensamientos confusos.
¿Los personajes de los cuentos o películas se parecen a la realidad?
Es común encontrar personajes de cuentos, series de televisión o películas que se parecen a la realidad, pero también, resulta que la realidad es fuente de inspiración para los creadores de contenidos y de ahí se desprenden personajes iconos de películas famosas, vemos un par de ejemplos relacionados con ellos:
- Trastorno de la personalidad esquizoide, son personas desinteresadas en las relaciones sociales, desapegadas, distantes o desconectadas. El personaje Sheldon Cooper de la serie de televisión The Big Bang Theory, es frío, crítico e irritable. En la comorbilidad, también presenta síntomas de Asperger.
- Trastorno paranoide de la personalidad, la persona con esta condición, tiene un patrón de desconfianza intensa y recelos de los demás en forma prolongada. El personaje del Duende Verde, archienemigo de Spider Man, es desleal, sádico, tramposo, desquiciado, egocéntrico y capaz de todo para conseguir sus fines. En la comorbilidad, también presenta síntomas de personalidad múltiple.
- Trastorno antisocial de la personalidad, son personas que violan los derechos de los demás sin remordimientos. El personaje Arthur Fleck, el Joker; carece de empatía, es violento, es incapaz de adaptarse a las normas sociales. En la comorbilidad presenta también síntomas de psicopatía y narcisismo.
- Trastorno de la personalidad por dependencia, son personas que se ven fuertemente atraídas por los demás. Son tan apegados, que carecen de autonomía. Tienen dificultad para tomar decisiones, no asumen sus responsabilidades, no expresan sus desacuerdos, se sienten incapaces de cuidar de sí mismos. Buscan una nueva relación que les proporcione cuidado y apoyo, inmediatamente después de terminar una relación íntima. (Halgin & Krauss, 2004, pp. 414-415). Esta última parte, es el ejemplo que identifica al síndrome de Tarzán. En la comorbilidad, las personas con Trastorno de la personalidad por dependencia, presentan también síntomas de ansiedad y depresión.
- Existen muchas más alteraciones mentales, asociadas a otros personajes:
- Síndrome de Wendy, de Peter Pan, de Cenicienta, de Alicia en el país de las Maravillas, de Diógenes, de Sherk, de princesa y más.
- Otros más con Trastorno de personalidad múltiple o trastorno disociativo como Cruella de Vil de la película 101 dálmatas.
Luego entonces, todos ellos, tienen rasgos de personalidad que les caracterizan y son perdurables. Además de tener alteraciones mentales, asociadas a una serie de síntomas, que les identifican a cada uno, con alguna o algunas alteraciones o trastornos mentales.
¿Qué significa el síndrome de Tarzán?
El síndrome de Tarzán es un término que se utiliza de manera metafórica para describir una situación en la que una persona «salta» de una relación a otra, sin antes haber terminado la anterior.
Son personas que no se dan tiempo para reflexionar, cerrar ciclos o sanar emocionalmente después de una ruptura, todo ello con la finalidad de no pasar por el dolor del duelo, no enfrentar el miedo a la soledad y no pasar por la sensación de vació existencial o emocional, que deja terminar una relación de pareja.
Similar a cómo Tarzán va de una liana a otra, estas personas buscan rápidamente otra relación para evitar enfrentarse a sentimientos de soledad, depresión, dolor o ansiedad. Esta tendencia puede estar impulsada por la dependencia emocional o el miedo a estar solos, y puede resultar en relaciones poco saludables o insatisfactorias a largo plazo. No es un término clínico reconocido por los manuales especializados de las enfermedades mentales, pero se usa en psicología popular para describir este tipo de patrón en las relaciones afectivas.
El llamado Síndrome de Tarzán en su polisemia tiene varias interpretaciones
- Se les dice así, a las personas las personas que se sienten el “rey de la selva” y tratan de domesticar animales salvajes, con la consecuencia de que pueden ser devorados o heridos.
- En otra acepción son las personas que saltan de liana en liana o de un amor a otro, al no pasar por el trabajo de duelo de cerrar un ciclo amoroso, antes de empezar otro. Se conoce como el síndrome de Tarzán, y, no se encuentra en los manuales especializados de trastornos mentales.
- Y, también, se le asocia a uno de los criterios diagnósticos del Trastorno de la personalidad por dependencia, en donde, la persona que lo presenta: busca una nueva relación inmediatamente después de terminar la anterior. Esperando: cuidado, apoyo, que otros asuman sus responsabilidades, evitando el desamparo y el dolor emocional que deja el cierre de un ciclo amoroso.
En resumen, el síndrome de Tarzán en la parte psicológica, nada tendría que ver con la fuerza y el dominio del rey de la selva que utiliza las lianas para desplazarse, sino más bien, en su debilidad, depende de saltar de liana en liana, para no poner los pies en la tierra.
Su imagen refleja, justamente todo lo contrario, utiliza el mecanismo de defensa de la formación reactiva, esto es, no es fuerte e independiente, es débil y dependiente de las personas a su alrededor. El mecanismo de defensa de la formación reactiva es, desde el punto de vista del psicoanálisis es: la “actitud o hábito psicológico de sentido opuesto a un deseo reprimido” (Laplanche & Pontalis, 1996, p. 162). En resumen, es aparentar o querer ser, todo lo contrario de lo que en realidad se es.
Por qué el Síndrome de Tarzán afecta las relaciones modernas
Abordar el Síndrome de Tarzán es crucial en las relaciones contemporáneas debido a los cambios en las dinámicas relacionales y la creciente influencia de las redes sociales y aplicaciones de citas. Un síndrome es un conjunto de síntomas y pueden ser diferentes de una persona a otra. Sin embargo, en este síndrome, es común el miedo al abandono, el miedo a estar solo, la falta de compromiso, no querer enfrentar el dolor emocional, tener baja autoestima, presentar ansiedad e inseguridad emocional, mostrarse como todo lo contrario de lo que en realidad se es y tener ciclos emocionales sin resolver. Todas estas conductas y más, corresponderían a la parte de síntomas internos o personales.
En la actualidad, es más fácil y rápido conectar con nuevas personas, lo que puede facilitar el salto de una relación a otra sin tomarse el tiempo para procesar las emociones de una ruptura. En los síntomas externos o ambientales es: la presión social por tener una pareja (virtual o presencial), las consecuencias del amor líquido sin compromisos, diferentes presiones de amigos y la familia, así como la cultura del amor romántico y la cultura de la gratificación inmediata, por citar unos cuantos.
Ambos tipos de síntomas (internos o personales y externos o ambientales), están relacionados unos con otros, se influyen mutuamente y forman un todo sin totalizar. Y, son parte de la etiología de este síndrome de Tarzán.
A continuación, se describen de forma global los factores internos y externos que contribuyen al desarrollo de este síndrome:
Factores internos
- Miedo al abandono: Este es un temor profundo a quedarse solo o ser rechazado. Puede estar relacionado con experiencias pasadas de abandono emocional o físico, tanto en la infancia como en relaciones anteriores.
- Miedo a la soledad: Las personas con este síndrome temen estar solas y buscan constantemente relaciones para evitar enfrentarse al vacío emocional. Puede tomar el formato de una fobia o miedo irreal e intenso a estar solo, denominada: autofobia.
- Inseguridad emocional: La dificultad para manejar emociones intensas como la tristeza, la ansiedad o la soledad lleva a la persona a buscar una relación rápidamente para evitar estos sentimientos.
- Dificultad para el autoconocimiento: Al no tomarse tiempo para reflexionar sobre relaciones pasadas, se pierde la oportunidad de aprender de los errores y crecer emocionalmente. La persona no se da el tiempo, ni el espacio para conocerse a sí mismo, incluyendo sus virtudes, defectos, emociones, acciones, pensamientos, capacidades, cualidades, defectos, fortalezas, debilidades, limitaciones, aficiones, creencias, actitudes, valores, necesidades, objetivos de vida, preferencias y su identidad social.
- Ansiedad y baja autoestima: Esta tendencia puede derivar en ansiedad y problemas de autoestima, ya que la persona depende de otros para sentirse bien consigo misma. Las personas con una baja percepción de sí mismas suelen buscar la validación en las relaciones amorosas. La necesidad de sentirse valoradas o queridas por otro puede impulsarlas a evitar estar solas. “La autoestima, es la valoración que una persona hace de su autoconcepto”. (Franzoi, 2007, p. 76). Y, el autoconcepto, es “la suma total de los pensamientos y sentimientos de una persona que definen al yo como un objeto”. (Franzoi, 2007, p. 59).
- Dificultad para confrontar el duelo: Algunos individuos no saben cómo lidiar con el duelo tras una ruptura y prefieren saltar a otra relación para evitar el proceso de sanación emocional.
- Los duelos inconclusos, son aquellos procesos de pérdida que, por diversas razones, no se logran completar de manera saludable. Pueden deberse a la negación, el miedo o la imposibilidad de enfrentar el dolor emocional que la pérdida genera. Cuando un duelo queda inconcluso, las emociones asociadas —tristeza, ira, culpa— permanecen latentes, afectando la vida diaria y dificultando la capacidad de seguir adelante. Este tipo de duelo puede manifestarse en patrones de comportamiento como el apego excesivo al pasado, la dificultad para establecer nuevas relaciones o incluso en síntomas físicos y emocionales. La clave para superar un duelo inconcluso es permitir el proceso de sanación, reconociendo el dolor y dándose el espacio para enfrentarlo, ya sea a través del tiempo, el apoyo emocional o la terapia. Solo así se logra cerrar ese ciclo y recuperar la paz interior.
- Desarrollo emocional y bienestar: No abordar adecuadamente el duelo tras una relación puede llevar a la repetición de patrones disfuncionales, afectando el bienestar emocional a largo plazo. El Síndrome de Tarzán contribuye a relaciones superficiales y evita que las personas trabajen en su crecimiento personal y en el desarrollo de una autoestima sana, lo cual es esencial para la formación de relaciones saludables.(Fuentes, 2024).
- Repetición de patrones: Se establecen nuevas relaciones, sin haber superado las anteriores, lo que lleva a la repetición de patrones tóxicos y superficiales. Todo ello se debe a que los duelos se quedaron inconclusos y no se terminaron de resolver.
- Dependencia emocional: La necesidad de estar en una relación para sentirse completos o satisfechos es un factor clave. La idea de ser independiente emocionalmente puede generar gran incomodidad. Las personas con este síndrome, necesitan validación constante de otra persona para sentirse completas, lo que perpetúa relaciones superficiales o insatisfactorias.
- El dolor emocional es una experiencia profundamente humana que, aunque invisible, puede ser tan intenso como el dolor físico. Surge de la pérdida, el rechazo, las rupturas y las decepciones, afectando no solo la mente, sino también el cuerpo. Este tipo de sufrimiento puede alterar el estado de ánimo, la energía y la salud mental, haciéndonos sentir agotados y desconectados. Sin embargo, el dolor emocional cuando es bien canalizado: nos impulsa a adaptarnos, a aprender y a crecer. Es un recordatorio de la importancia de nuestras conexiones emocionales y de la necesidad de sanar desde el interior, con tiempo, apoyo y compasión hacia nosotros mismos.
- Idealización del amor: Algunas personas idealizan la idea del amor y de la pareja, pensando que estar en una relación siempre es mejor que estar solos, lo que las lleva a buscar constantemente una conexión amorosa.
- Apego ansioso: Desde la teoría del apego, las personas con un estilo de apego ansioso son más propensas a sufrir el Síndrome de Tarzán. Buscan constantemente la cercanía emocional de otra persona para sentirse seguras, pero este patrón de búsqueda constante de afecto les impide establecer relaciones profundas y sanas. (Fuentes, 2024). Un apego seguro que viene desde la infancia, produce relaciones futuras sanas en la edad adulta. Los vínculos de apego inestables, negativos o la ruptura de los cuidadores con los niños, desequilibran su salud emocional en la adultez. Dando como resultado, temor al abandono o dependencia emocional. Esto es, las relaciones tempranas de la infancia con los cuidadores, positivas o negativas, afectan las relaciones en la edad adulta.
Factores externos
- Presión social: En muchas culturas, existe una expectativa de estar en una relación o de tener una pareja estable, lo que puede llevar a las personas a buscar rápidamente una nueva relación para encajar en esas expectativas.
- Redes sociales: Las redes sociales pueden crear una sensación de competencia o comparación constante, donde ver a otros felices en relaciones amorosas genera la necesidad de entrar en una relación para sentirse igual de exitosos. Aumento de la inmediatez en las relaciones: Las aplicaciones de citas y redes sociales han reducido las barreras para conocer nuevas parejas rápidamente, lo que refuerza el patrón de «saltar» de una relación a otra sin reflexionar. En este contexto, muchas personas tienden a buscar nuevas conexiones inmediatamente después de una ruptura para evitar la soledad o el malestar emocional. (Fuentes, 2024).
- Amor líquido: Las relaciones humanas y amorosas han pasado de ser objetales, a ser líquidas, donde un individuo se relaciona con alguno otro, y luego lo desecha para relacionarse con otro de otras características, para volverlo a desechar y repetir la historia, señala el Maestro Óscar Clavellina, Académico de la Facultad de Psicología de la UNAM, resumiendo el concepto de amor líquido de Zygmunt Bauman. (Maguey, 2019).
- Relaciones insatisfactorias: Las nuevas relaciones suelen carecer de profundidad, ya que no hay un verdadero proceso de sanación entre una ruptura y el inicio de otro vínculo.
- Impacto en la estabilidad relacional: En una sociedad donde las relaciones tienden a ser más transitorias, es importante abordar este síndrome para ayudar a las personas a establecer conexiones más estables y significativas. Sin la introspección adecuada, las personas tienden a repetir los mismos errores en cada nueva relación, lo que provoca una cadena de insatisfacción relaciona.
- Cultura de la inmediatez y la gratificación instantánea: Vivimos en una cultura que fomenta la inmediatez, donde el «tiempo para sanar» parece una barrera. Muchas personas buscan en las relaciones de pareja, la gratificación inmediata para sentir placer y evitar el dolor de la separación. La pareja se convierte en el centro de placer y de recompensa. La diversidad de parejas, parece ofrecer exactamente el mismo efecto inmediato, evitando pasar por el doloroso trabajo de duelo.
- Entorno familiar: Crecer en un ambiente donde se valoran las relaciones amorosas o donde se ha visto una alta rotación de parejas en figuras cercanas puede influir en este comportamiento. Además, la falta de modelos saludables de relaciones puede contribuir al síndrome.
- Amigos y entorno: La presión o influencia de amigos o grupos sociales que constantemente están en relaciones puede llevar a alguien a sentirse fuera de lugar si no está en una relación, motivando la búsqueda de una nueva pareja rápidamente.
- Cultura del amor romántico: En muchas sociedades, el amor romántico es visto como un estado ideal y un indicador de éxito personal, lo que puede generar presión para estar en una relación en todo momento.
- Influencia de la cultura de la gratificación inmediata: En la era de las redes sociales y las aplicaciones de citas, es más fácil que nunca conectar con nuevas personas. Esta cultura de la gratificación inmediata refuerza el comportamiento de saltar de una relación a otra sin la necesidad de reflexión. La rapidez con la que se puede reemplazar una pareja por otra también perpetúa este ciclo de vínculos superficiales. (MinhaSaúde, 2024).
En resumen, abordar el Síndrome de Tarzán permite detectar las carencias psicológicas y las presiones sociales que viven las personas actualmente. Y, ayuda a fomentar las relaciones más conscientes y equilibradas, que favorezcan el desarrollo emocional y la estabilidad a largo plazo en una sociedad que tiende a facilitar el ciclo de relaciones rápidas, fugaces, liquidas y sin compromisos duraderos.
Estos factores internos y externos interactúan entre sí, creando un ciclo difícil de romper en el que la persona busca relaciones sucesivas para llenar vacíos emocionales o para evitar enfrentarse a sus propios sentimientos de inseguridad y soledad.
Este fenómeno puede generar insatisfacción a largo plazo, ya que los problemas emocionales subyacentes no se resuelven. Para superar este ciclo, se recomienda la reflexión y, en muchos casos, la ayuda profesional para lidiar con el miedo a la soledad a la dependencia y fomentar la autonomía emocional.
Consecuencias del Síndrome de Tarzán en las relaciones
1. Relaciones superficiales y dependientes:
Las personas que saltan rápidamente de una relación a otra tienden a formar vínculos superficiales, ya que no se toman el tiempo necesario para conocer profundamente a sus nuevas parejas. Este patrón está impulsado por la dependencia emocional, donde la búsqueda constante de validación externa no permite el desarrollo de una relación sólida y equilibrada. Esto lleva a una conexión emocional frágil, basada en la necesidad de evitar la soledad en lugar de construir un vínculo auténtico y recíproco. (Fuentes, 2024).
2. Repetición de patrones tóxicos:
Al no resolver las heridas emocionales de relaciones anteriores, las personas con el Síndrome de Tarzán tienden a repetir patrones tóxicos o disfuncionales. Estos incluyen comportamientos como la dependencia emocional, el miedo al abandono y la idealización de la pareja. Como resultado, los mismos problemas que llevaron a la ruptura de relaciones pasadas vuelven a surgir en las nuevas, perpetuando un ciclo de relaciones insatisfactorias y poco saludables
3. Consecuencias a largo plazo para la estabilidad emocional:
A largo plazo, este comportamiento afecta gravemente la estabilidad emocional de la persona. El constante cambio de pareja y la falta de introspección entre relaciones pueden aumentar los sentimientos de vacío emocional, baja autoestima, y ansiedad. Las personas que siguen este patrón suelen sentirse insatisfechas e incapaces de mantener una relación estable, lo que refuerza su inseguridad emocional y dependencia de otras personas para sentirse completa. MinhaSaúde (2024).
En resumen, el Síndrome de Tarzán tiene un impacto profundamente negativo en la calidad de las relaciones, impidiendo que las personas desarrollen vínculos sanos y duraderos, y afectando su bienestar emocional a largo plazo. Son relaciones exprés, con vacíos emocionales ocultos, adictivas, donde no se sabe convivir consigo mismo, no se sabe soltar sanamente las relaciones anteriores y están inconscientemente orientadas a la búsqueda interminable del amor.
Rompe el ciclo: claves para evitar el Síndrome de Tarzán y crear relaciones saludables
Para evitar caer en el Síndrome de Tarzán, es fundamental centrarse en el crecimiento personal y en desarrollar una relación saludable consigo mismo. A continuación, algunas estrategias clave:
- Tomarse tiempo para sanar: Después de una ruptura, es importante darse tiempo para procesar las emociones y sanar. En lugar de buscar una relación inmediatamente, es útil reflexionar sobre lo que no funcionó en la anterior y trabajar en las heridas emocionales. (Shear & Shair, 2005).
- Aprender a estar solo: Desarrollar la capacidad de disfrutar de la soledad es crucial. Pasar tiempo solo puede ser una oportunidad para reconectar con uno mismo y descubrir qué es lo que realmente se necesita emocionalmente. Esto también ayuda a evitar relaciones basadas en la necesidad de validación externa. (Brumbaugh & Fraley, 2007).
- Trabajar en el autoconocimiento: Reflexionar sobre los propios patrones en relaciones anteriores puede ayudar a identificar comportamientos tóxicos o dependientes. Tomar conciencia de estos patrones es el primer paso para evitar repetirlos en futuras relaciones. (Davis, Shaver & Vernon, 2003).
- Establecer vínculos basados en el tiempo y la comunicación: Las relaciones saludables requieren tiempo para desarrollarse. En lugar de idealizar rápidamente a una nueva pareja, es importante tomarse el tiempo para conocer a la persona y construir un vínculo basado en el respeto, la comunicación y la comprensión mutua. (Spielmann, MacDonald & Wilson, 2009).
- Buscar apoyo profesional si es necesario: Si existe una dificultad recurrente para estar solo o evitar patrones tóxicos, la terapia puede ser de gran ayuda. Un profesional puede ofrecer herramientas para desarrollar una relación más sólida consigo mismo y mejorar la autoestima. Acude con tu terapeuta de confianza.
Implementar estas prácticas ayudará a romper el ciclo de dependencia emocional y a evitar el Síndrome de Tarzán, facilitando el desarrollo de relaciones más sanas y significativas.
El síndrome de Tarzán, también conocido como el «efecto liana», describe un patrón de comportamiento en el que las personas saltan rápidamente de una relación a otra sin tomarse el tiempo para sanar emocionalmente tras una ruptura. Este ciclo puede ser el resultado de una intolerancia a la soledad, una necesidad de validación emocional, o un miedo profundo al abandono. Las personas afectadas por este síndrome tienden a buscar en sus parejas una solución inmediata a sus carencias emocionales, sin permitirse reflexionar sobre sus propias necesidades o deseos.
Reflexiones finales
- Ciclo insostenible: Aunque estas personas buscan consuelo en una nueva relación, no resolver las heridas emocionales de relaciones pasadas las deja vulnerables a repetir los mismos patrones tóxicos. Sin un tiempo de reflexión y crecimiento personal, las nuevas relaciones tienden a ser superficiales e insatisfactorias. (Fuentes, 2024).
- Miedo a la soledad: El miedo a enfrentar el vacío emocional o la sensación de incompletitud suele ser un motor clave para este comportamiento. Sin embargo, la soledad no siempre es negativa; puede ser una oportunidad para el crecimiento personal y para aprender a establecer relaciones más saludables.
- La importancia de la autocomprensión: Para superar el síndrome de Tarzán, es fundamental trabajar en uno mismo. Esto implica reflexionar sobre las propias emociones, sanar las heridas del pasado y, sobre todo, aprender a disfrutar de la compañía propia. Tomarse un tiempo para procesar las emociones y encontrar estabilidad personal antes de involucrarse en una nueva relación puede ayudar a romper el ciclo.
- Necesitamos estar conscientes que las relaciones de pareja: son finitas y todas ellas no dejan un aprendizaje para seguir nuestro proceso de vida.
Finalmente, quienes sufren el síndrome de Tarzán necesitan aprender a construir relaciones basadas en la estabilidad emocional y no en la necesidad urgente de llenar vacíos. Reconocer este patrón es el primer paso hacia relaciones más satisfactorias y equilibradas.