¿Por qué no tengo suerte en el amor? 8 posibles causas

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¿Por qué no tengo suerte en el amor? 8 posibles causas

Varias fuentes de problemas a la hora de encontrar pareja o a la hora de tener relaciones duraderas.

La vida amorosa y las relaciones afectivas tienen una característica paradójica: a pesar de que afecten mucho a nuestro bienestar, son algo sobre lo que tenemos más bien poco control.

Es por eso que muchas personas se preguntan… ¿por qué no tengo suerte en el amor? Y es que los amores no correspondidos y los fracasos a la hora de intentar vivir una relación de pareja estable pueden ser experimentados desde una perspectiva catastrofista, como si estuviésemos predestinados a la infelicidad.

En este artículo veremos varias posibles respuestas a esa pregunta, y a la vez repasaremos varios consejos y recomendaciones acerca de qué hacer tanto si se busca una relación como si se está en una que pasa por sus peores momentos.

¿Por qué no tengo suerte en el amor?

Si las relaciones de pareja y los matrimonios son complicados es entre otras cosas porque hay muchas maneras de que salgan mal, o incluso de que no empiecen.

Gustarle a alguien hasta el punto de que surja un amor recíproco y que este dé lugar a una relación estable es un proceso que requiere de unos delicados equilibrios. Equilibrios mantenidos entre fenómenos psicológicos que en muchas ocasiones son excluyentes entre sí: deseo sexual contra compromiso, ilusión contra disciplina para convivir adecuadamente, deseo de gustar contra honestidad, etc.

En todo caso, si queremos abordar este tema deberemos simplificar esta clase de problemas para hacerlos comprensibles y relativamente fáciles de solucionar. Por eso, dividamos la mala suerte en el amor en dos partes: problemas para encontrar pareja y problemas para mantener las relaciones amorosas.

Los problemas para encontrar pareja

Muchas personas que creen que tienen mala suerte en el amor sienten que les cuesta mucho encontrar pareja. Veamos a qué puede ser debido.

1. Obsesión por encontrar a alguien

Nadie está obligado a tener pareja, a pesar de que culturalmente la tradición nos imponga varias expectativas relacionadas con el matrimonio.

Quizás, buena parte de lo que hace que pienses que tienes mala suerte en el amor es justamente que esa obsesión por encontrar a alguien rápidamente evita que puedas tomarte este proceso con naturalidad, por un lado, o que te sientas mal por no sentir interés en nadie, algo completamente normal.

2. Expectativas distorsionadas

Esto no significa simplemente tener las expectativas demasiado altas con respecto a lo que significa encontrar el amor. Significa, entre otras cosas, darle mucha importancia a la idea de que existen las altas y las bajas expectativas en la vida amorosa.

Quien se enamora, lo hace a través de una experiencia que le modifica completamente la perspectiva de la vida. Es un cambio cualitativo, no cuantitativo, y para que se dé, en muchos casos, hay que vencer los prejuicios iniciales.

Así pues, el truco está en conocer gente nueva, con todo lo que esto implica: abrirse a todo tipo de personas, más allá de las etiquetas, y valorarlas por lo que realmente hacen y son.

3. Los problemas de comunicación

No todo se trata de buscar. Alguien que quiera atraer la atención de otra persona (románticamente), debe dominar principios básicos de habilidades sociales.

Por ejemplo, expresarse bien, ser claro en lo que se dice, no hacerse demasiado el misterioso, etc.

4. Falta de conocimiento de convenciones sociales

Es importante ser conscientes de que existen ciertas convenciones sociales que, aunque no deben regir nuestras relaciones personales, están ahí.

Tenerlas como referencia es importante para saber cómo nos perciben los demás en las primeras etapas de una conversación (e incluso antes de iniciarlas).

Por ejemplo, reglas no escritas acerca del grado de confianza esperable en un desconocido, sobre los códigos de vestimenta, etc.

5. Hacerse la víctima

En ocasiones, quien cree que tiene mala suerte en el amor entra en una situación de bucle infinito: llegar a ser tan pesimista que no da motivos para que los demás se interesen en ella.

Hacerse la víctima como si los demás nos debiesen atención y cariño es un grave error. Puede que el dolor que sentimos sea muy real, y es cierto que no tenemos por qué ocultarlo, pero eso no significa que debamos hacer que los otros se sientan culpables constantemente.

Y, por supuesto, intentar dar lástima para generar atracción da como resultado un efecto totalmente contrario al deseado.

La mala suerte en la vida amorosa: noviazgos y matrimonios

También es muy posible que la mala suerte en el amor se experimente sobre todo a la hora de conseguir formar una relación de pareja que dure y que se consolide a partir de una convivencia sana entre los amantes.

En estos casos, el problema no es tanto encontrar pareja (aunque también lo puede ser) sino hacer que estos vínculos amorosos se sostengan en el tiempo y no solo eso: que queden reforzados a medida que pasan los meses y los años.

En este sentido, para entender qué está pasando, es necesario tener en cuenta todos los aspectos que hemos visto hasta ahora, y también las siguientes cuestiones.

1. La falta de posibilidades de emanciparse

Toda relación amorosa necesita un tiempo y un espacio en los que desarrollarse, y eso significa que es muy complicado que el vínculo afectivo se mantenga si no se cuenta con la posibilidad de vivir con los recursos materiales básicos.

Por ejemplo, si pasan muchos años y a pesar de los deseos de ambas personas involucradas no se consigue encontrar un piso lo suficientemente asequible en el que convivir, esto desgastará la relación.

Conseguir esa estabilidad económica es importante, y eso pasa tanto por trabajar eficientemente y desarrollar nuestros talentos, como por hacer lo posible para que la sociedad mejore económicamente.

2. La falta de comunicación

Los fallos comunicativos son muy frecuentes en las relaciones de pareja. Por ejemplo, asumir que la otra persona sabe de lo que estamos hablando cuando en realidad no es así, interpretar ciertas frases ambiguas como burlas o acusaciones, etc.

Al respecto, no hay más que practicar estas habilidades sociales y hablar juntos acerca de cuáles son los errores más frecuentes que cometéis en este ámbito, asumiendo una actitud proactiva y honesta y apoyándoos en las críticas constructivas.

3. La falta de compromiso

Tener una relación amorosa es también un trabajo en el que hay que invertir tiempo y esfuerzo. Tener esto claro es importante, porque sería un error asumir que el verdadero amor es aquél en el que todo fluye sin esforzarse lo más mínimo.

El simple hecho de tener en cuenta las necesidades y los intereses de la persona a la que amamos significa que hay que poner empeño en hacer que la relación sea un contexto cómodo para ambos, no solo para ti.

Si casi todo falla, siempre podéis ir a terapia de pareja, aunque incluso para recurrir a esto es necesario que exista un mínimo de compromiso; por ejemplo, si se está manteniendo una relación con una tercera persona fuera del noviazgo o del matrimonio, la terapia de pareja no tiene futuro y no debe ser empezada.

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