Por qué olvidamos los sueños al poco de despertar
Por qué olvidamos los sueños al poco de despertar
El olvido de los sueños después de despertar es un fenómeno muy común que se atribuye a distintos motivos relacionados principalmente con la baja actividad de ciertas áreas de nuestro cerebro.
Contenido
Por qué soñamos y qué utilidad tienen los sueños
Hay varias teorías que intentan explicar por qué soñamos, algunos estudios sugieren que soñar es una forma de ayudarnos a procesar nuestras emociones, en este sentido, los sueños actuarían como una especie de terapia nocturna, ayudándonos a manejar el estrés y a trabajar a través de experiencias emocionales difíciles.
Otra teoría sugiere que soñar ayuda a consolidar nuestra memoria, ya que durante el sueño, nuestro cerebro reorganiza y procesan la información que hemos aprendido durante el día, y los sueños podrían ser una manifestación de este proceso, desempeñando un papel en la formación de nuevas conexiones neuronales y en el fortalecimiento de la memoria.
También se ha sugerido que los sueños pueden tener una función en la resolución de problemas, ya que algunas personas afirman que han encontrado soluciones a problemas reales en sus sueños, lo que podría indicar que el cerebro continúa trabajando en resolver problemas y desafíos mientras dormimos.
Estas son solo algunas de las teorías más aceptadas ya que la ciencia aún no ha llegado a una conclusión definitiva sobre la función real de los sueños.
Por qué olvidamos los sueños tan rápidamente
Otra teoría se basa en la idea de que los sueños son una forma de procesar emociones y experiencias, y una vez que hemos procesado esa información, no necesitamos retener los detalles específicos del sueño, por lo que lo olvidamos.
Además, desde una perspectiva evolutiva, podría ser beneficioso olvidar los sueños rápidamente para mantener nuestra memoria limpia y eficiente, ya que nuestro cerebro tiene una capacidad limitada para almacenar recuerdos, por lo que podría ser útil olvidar la información que no es esencial como los sueños, para hacer espacio para la información nueva y más relevante, y así evitar enfrentarnos a una sobrecarga.
Si recordáramos todos nuestros sueños, podríamos tener que lidiar con el recuerdo de sueños perturbadores o aterradores, lo que podría aumentar los niveles de estrés y ansiedad, es por ello que, aunque puede ser interesante y útil recordar algunos de nuestros sueños, probablemente sea beneficioso que no recordemos todos ellos.
Durante la fase de sueño REM, que es cuando ocurren la mayoría de los sueños, nuestro cerebro está muy activo, sin embargo, ciertas áreas, como la corteza prefrontal que es responsable de la memoria a largo plazo, están menos activas y esta disminución de la actividad puede dificultar la formación de recuerdos duraderos de nuestros sueños. La ausencia de la hormona norepinefrina en esta etapa del sueño en la corteza cerebral, una región del cerebro que desempeña un papel clave en la memoria, y la conciencia se considera uno de los motivos más probables del olvido.
Además, al despertar, comenzamos a procesar una gran cantidad de información nueva, y este flujo de información interfiere con nuestra capacidad para recordar sueños, a todo esto se suma el hecho de que a menudo no prestamos mucha atención a nuestros sueños al despertar, a menos que hayan sido particularmente vívidos o emocionales, y la atención es un componente clave en la formación de recuerdos, por lo que esta falta de atención contribuye al olvido.
Otro factor a tener en cuenta es que los recuerdos se fortalecen cuando se reactivan, si no pensamos ni hablamos de nuestros sueños después de despertar, es más probable que los olvidemos, además, los sueños a menudo carecen de la coherencia y la lógica de las experiencias de la vida real, lo que los hace más difíciles de recordar.
En general, somos muy buenos para olvidar aquello que no es esencial, de hecho, muchos de nuestros pensamientos, no solo los que tenemos mientras soñamos, se pierden, y tendemos a recordar solo cosas en las que pensamos con frecuencia o que tienen un significado emocional especial, y es que reflexionar sobre pensamientos importantes activa nuestra corteza prefrontal dorsolateral, una región del cerebro que facilita el recuerdo.
Cómo favorecer el recuerdo de los sueños
Para mejorar la capacidad de recordar tus sueños, una de las estrategias más efectivas es mantener un diario de sueños, que no es más que un registro gráfico o escrito en el que anotamos las historias que hemos soñado. Tan pronto como te despiertes, dedica un momento a anotar todo lo que puedas recordar de tu sueño, incluso si solo son fragmentos o sensaciones, hacer esto regularmente puede ayudarte a recordar más detalles con el tiempo.
Además, antes de acostarte, puedes establecer la intención de recordar tus sueños, simplemente repite en tu mente que quieres recordar tus sueños, este acto de establecer una intención ayuda a preparar tu mente para retener más información de tus sueños.
Otra estrategia útil es tratar de despertarte de forma natural, sin el uso de un despertador, las alarmas pueden interrumpir tus ciclos de sueño y hacer que olvides tus sueños más rápidamente, si puedes despertarte de forma natural, es más probable que te despiertes durante la fase REM del sueño, que es normalmente cuando se producen los sueños y, por lo tanto, cuando es más probable que los recuerdes.
Por último, trata de permanecer en la misma posición en la que te despertaste durante unos minutos, algunas investigaciones sugieren que cambiar de posición puede hacer que olvides tus sueños más rápidamente.
¿Podemos decidir qué vamos a soñar antes de ir a dormir?
Controlar o influir en los sueños es un proceso conocido como «sueño lúcido«, que implica ser consciente de que estás soñando y poder controlar lo que sucede en el sueño; para lograr esto, puedes probar varias técnicas. Una de las más conocidas es la técnica MILD (Inducción Mnemónica de Sueños Lúcidos), esta técnica está compuesta de 3 pasos: reescritura, ensayo y recordatorio, y se realiza durante los breves despertares nocturnos, y antes de volver a dormir, primero, al despertar del sueño, debes reescribir mentalmente los sucesos de tu sueño para incluir un momento en que te das cuenta de que estás soñando, luego, ensayas esta versión reescrita del sueño, visualizándote a ti mismo volviéndote lúcido, y finalmente, te recuerdas a ti mismo que la próxima vez que estés soñando, recordarás que estás soñando.
Además, llevar un diario de sueños también puede ser útil en este caso, anotar tus sueños puede ayudarte a reconocer patrones y señales que indican que estás soñando, lo que puede aumentar tus posibilidades de tener un sueño lúcido.
Otra técnica útil es realizar pruebas de realidad durante el día, puedes hacer cosas como mirar tus manos y preguntarte si estás soñando varias veces al día, con el tiempo, este hábito se trasladará a tus sueños y te ayudará a ser consciente de cuándo estás soñando.
También es efectiva la técnica WBTB (Levantarse para volver a dormir). Esta técnica implica levantarse después de unas pocas horas de sueño, permanecer despierto durante un corto período de tiempo y luego volver a dormir, lo que aumenta tus posibilidades de tener un sueño lúcido, aunque no resulta una técnica del todo recomendable ya que las interrupciones voluntarias del sueño dificultan un descanso adecuado.
Por último, la visualización antes de dormir puede ser efectiva, simplemente imagina lo que te gustaría soñar y esto te ayudará a influir en el contenido de tus sueños. En cualquier cas, hay que tener en cuenta que tener sueños lúcidos es algo que requiere práctica y no todos pueden lograrlo.
¿Podemos confundir los sueños con la realidad?
Es posible, aunque poco probable, que si trabajas intensamente en recordar tus sueños, algunos elementos de los sueños puedan mezclarse con tus recuerdos de la vida real, es lo que se conoce como «memoria de fuente errónea«, donde recuerdas cierta información pero te equivocas sobre dónde o cuándo la obtuviste.
Los sueños suelen tener una calidad distinta a las experiencias de la vida real, a menudo son más extraños, menos coherentes y más cambiantes que las experiencias de la vida real, por lo tanto, aunque puedes recordar un sueño con mucha claridad, es probable que aún puedas distinguirlo de un recuerdo de algo que realmente sucedió.
En algunos casos, especialmente si el sueño es muy realista y similar a tu vida cotidiana, podrías llegar a confundirlo con un recuerdo real, esto es más probable que ocurra con sueños que son muy mundanos y carecen de los elementos extraños y fantásticos que a menudo caracterizan a los sueños.