
Regla 80-20. La técnica fácil que usan las parejas felices
Regla 80-20. La técnica fácil que usan las parejas felices
El principio de Pareto es una regla que da cuenta cómo los acontecimientos son multidimensionales, es decir, una misma consecuencia puede provenir de diversas causas. Por tanto, es necesario centrarse en el 20% de las variables importantes que realmente inciden en el conflicto que queremos resolver. El principio 80-20 es aplicable en el ámbito de las relaciones interpersonales, especialmente, en las relaciones de pareja.
No obstante, cuando ambos miembros de la pareja tienden al pensamiento dicotómico, se dificulta comprender las diversas variables de cada situación. Por ende, es necesario evitar el perfeccionismo y aprender a valorar lo que sí marcha en la relación.
El Principio de Pareto o Regla 80-20
El cerebro humano tiende a la generalización para facilitar la comprensión de la información y la toma de decisiones. De este modo, consideramos que todas las situaciones tienen la misma importancia, creemos que todos los conflictos tienen el mismo valor y que cada efecto está relacionado a una causa específica. Realmente, el 80% de los efectos provienen del 20% de las causas, lo que quiere decir que debemos seleccionar muy bien aquello a lo que le queremos prestar nuestra atención.
En el siglo XIX, el economista italiano Vilfredo Pareto realizaba estudios acerca de la distribución de la riqueza en el país. Así, se dio cuenta que el 20% de la población poseía el 80% de las tierras, por lo que la organización tendía a ser injusta y centralizada. A partir de este descubrimiento, se creó el Principio de Pareto; o también llamado Regla 80-20, que nos indica cómo unas pocas variables son capaces de causar múltiples resultados.
La regla 80-20 ha sido incorporada en muchos ámbitos como una valiosa herramienta para la resolución de conflictos. Por ejemplo, el campo de administración de empresas, en la economía, en análisis estadísticos y estudios científicos en general. No obstante, también puede ser aplicado en la vida cotidiana, especialmente en el terreno interpersonal y las relaciones de pareja.
La Regla 80-20 en las parejas
Una relación afectiva formalizada implica un deseo de perdurar en el tiempo para compartir las satisfacciones de la vida junto a un otro significativo. Sin embargo, para lograrlo es necesario hacer esfuerzos para comprender y tolerar el comportamiento del otro, manteniendo una convivencia sana. Así, en las relaciones de pareja, la regla 80-20 funciona en tanto una pequeña proporción de comportamientos son responsables de la mayoría de satisfacción y éxito. Desde esta perspectiva, solemos creer que es necesario tener una pareja perfecta, sin errores ni defectos; cuando realmente se trata de saber ver aquellas muestras de amor que tiene la pareja por nosotros.
Dentro del terreno de las relaciones románticas, la regla 80-20 se estima una proporción de cinco interacciones positivas por cada interacción negativa. Entonces, una pareja puede tener un 20% de discusiones y conflictos, pero sí logran mantener un 80% de interacciones satisfactorias de cariño y comprensión, podrán mantener una relación satisfactoria. Además, las discusiones y desacuerdos ocasionales son necesarios para poder llegar a acuerdos y evolucionar como pareja.
Aparte, la aplicación de la regla 80-20 en la pareja requiere una buena comunicación e inteligencia emocional.También, saber cómo señalar aquellas características y factores que pueden llegar a deteriorar la pareja; pero sin juzgar ni imponer. Y, estar abiertos a negociar y a llegar acuerdos sanos en los que ambas personas se sientan amadas y tomadas en cuenta. Pero, lo que va a marcar la pauta más importante tendrá que ver con la capacidad de cada miembro para agradecer y valorar lo que sí marcha y funciona en la relación.
El problema del pensamiento dicotómico en la pareja
Aunque muchas personas sean conscientes de la regla 80-20 en las relaciones de pareja, existen factores personales que imposibilitan llevarlo a cabo. Entre ellos, tenemos el pensamiento dicotómico como un importante detractor para la evolución de las relaciones de pareja. De esta forma, el pensamiento dicotómico se define como una distorsión cognitiva basada en la clasificación de las experiencias en categorías polarizadas. Por ejemplo, se dificulta la comprensión de los matices de cada acontecimiento, por lo que terminan entendiéndose como “buenos o malos”, “perfectos o inútiles”. Lamentablemente, cuando uno o ambos miembros de la pareja tienden al pensamiento dicotómicos, les costará mucho trabajo neutralizar las situaciones estresantes.
Una persona con un pensamiento dicotómico es perfeccionista, y precisamente esto es lo que esperará del comportamiento de la pareja. Por desgracia, esto corresponde a una forma de interactuar con el mundo bastante inmadura, caracterizándose por los absolutismos la irreversibilidad y la invariabilidad. Mientras que las personas que logran aplicar la regla 80-20, piensan de forma multidimensional y se da cuenta de las relaciones y las variables que implica cada situación. Por tanto, para aplicar herramientas tan valiosas como el Principio de Pareto, es importante analizar nuestro estatus cognitivo y emocional, para poder mejorar como personas.